Recurso Liturgico para la Campaña 16 Dias de Activismo por el Fin de la Violencia contra las Mujeres - 2019

18/11/2019


RECURSOS LITURGICOS PARA
LA CAMPAÑA 16 DIAS DE ACTIVISMO

 
POR EL FIN DE LA VIOLENCIA
CONTRA LAS MUJERES
 
Red de Mujeres y Justicia de Género de América Latina y Caribe – 2019.
 
MATERIAL Y PREPARACIÓN DEL AMBIENTE
Telas coloridas, muchas velas, flores, Biblia, piedras de diferentes tipos y tamaños, recipiente con aceite perfumado, fósforo, almohadas o sillas para sentarse (depende del espacio que tenga en la comunidad).
Cada Iglesia y cada comunidad es libre de escoger los cantos según su región y basado en la temática.
Preparar con anticipación el lugar de la celebración: acomodar las almohadas o sillas en círculo y en el centro, preparar el altar con telas coloridas, flores, Biblia, recipiente con aceite perfumado y una cruz formada por pequeñas velas apagadas. Si es posible, ambientar el espacio con velas encendidas. Entregar una piedra para cada persona que vaya a la celebración.


LITURGIA DE ENTRADA

Acogida
 
L. Estamos celebrando la vida que palpita en nosotras y nos unimos a la Campaña 16 Días de Activismo por el Fin de la Violencia contra las Mujeres. La campaña es una movilización global de la sociedad civil que tiene por objetivo promover el debate, sensibilizar, prevenir, denunciar y eliminar todas las formas de violencia practicadas contra las mujeres y niñas en todo el mundo. (http://www.onumulheres.org.br/16dias/)
Cerca de 150 países participan de la Campaña. En Brasil, la Campaña existe desde 2003 y es llamada 16+5 Días de Activismo, pues unió el Día de la Consciencia Negra. Por ese motivo, en Brasil, la campaña inicia el 20 de noviembre, cinco días antes de los demás países, y termina el día 10 de diciembre cuando se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos.
 
Como comunidad cristiana, nosotros y nosotras aquí nos reunimos para celebrar la vida y la paz entre las personas. Nos reunimos como hijas e hijos de Dios en la promoción de la vida con dignidad y en la construcción de un mundo más justo. Que este culto de oración y unción nos fortalezca y nos anime para el testimonio del amor de Dios comprometido y activo en la búsqueda por la superación de la violencia contra niñas y mujeres.
¡Celebremos la vida que palpita en nosotras y nosotros!
 
Canto
 
Invocación trinitaria
C. Dios de todos y todas nosotras
Aquí estamos para agradecerte
En ti confiamos y entregamos todo nuestro ser
Ven, Señor Jesús, ven y acepta nuestra alabanza y oración.
Ven, Santo Espíritu de Luz y Amor.
Amén.
 
Oración individual
L. Cada persona, recibió una piedra al llegar aquí. Les pido que mantengan la piedra en sus manos, la observen y reflexionen:
¿Cuáles son las piedras en su vida? ¿Son piedras que impiden el camino? ¿Son piedras que hieren, traen dolor, le impiden ser libre y feliz? ¿Son piedras que edifican, que protegen? ¿Son piedras con las cuales herimos o nos hieren? ¿Cuáles son las piedras presentes en su camino?
(Tiempo para reflexionar...)
L. El Dios de la cruz, que nos encuentra en la cruz, que en la cruz acoge nuestros dolores, alegrías y esperanzas es también el Dios que a partir de la cruz acompaña  nuestro caminar. En esa fe, aproximémonos a la cruz y, en torno a ella, depositemos la piedra con todo lo que ella simboliza en nuestra vida. ¡Encendamos una vela, oremos en silencio e individualmente!
Cantemos...
 
Canto
Anuncio de la gracia
L. La esperanza que nasce del amor y del perdón de Dios es aquella que nos mueve, libera y convida para la vivencia de relaciones justas y de paz. En Mateo 5:9 Jesucristo dice: “Felices las personas que trabajan por la paz, pues Dios las tratará como sus hijos [e hijas]”.
Andemos, pues, en  la paz de Cristo y seamos piedra de edificación, piedra que une, construye, suma y acerca personas.
 
Canto
Oración del día
L. Dios de amor y justicia, fuente de vida y salvación. Gracias te damos por tu Palabra que guía, orienta y conduce nuestros pasos por caminos de bendición. Danos la vida y cuidado diario. Haznos mejores y más sensibles con las personas que sufren y con la violencia practicada contra las mujeres y niñas. Abre nuestras mentes y sensibiliza nuestros corazones. Toca todo nuestro ser para que la Palabra oída nos fortalezca en la fe y en el testimonio de tu amor en el mundo. Amén.
 
 
LITURGIA DE LA PALABRA


Lecturas bíblicas
 
L. Jesucristo dice: Dejo con ustedes la paz, mi paz les doy. Juan 14:27
 
Proclamación del evangelio
Canto
Lectura del evangelio
Lucas 13:10-13
 
Ideas para la reflexión
La mujer camina encorvada durante largos 18 años, talvez los más terribles de su vida. No sabemos su nombre, su edad o su estado civil. Es una mujer y está enferma. Está en sufrimiento, lo que le impide llevar una vida normal, de levantar la cabeza y mirar adelante. Como camina encorvada, probablemente solo ve sus pies, mira para abajo, sin perspectiva, con su autoestima afectada.
 
No sabemos la causa de la enfermedad. Lo que sabemos es que ella está en la sinagoga, lugar prohibido para una mujer. Es probable que, a semejanza de otras personas que allí están, ella también esté en la búsqueda de orientación en la Palabra de Dios y alivio de sus aflicciones.
 
Por estar consciente de su condición de mujer, en aquella sociedad patriarcal y machista, ella busca disfrazar su presencia en el ambiente. Pero Jesús la descubre, la mira. Él ve el sufrimiento de ella. Y él la llama. Sin cuestionar, descalificar o juzgar su condición; Jesús la cura. Él la cura en un día de sábado y dentro de la sinagoga. Conforme cultura de la época, día y lugar impropios para la cura y la presencia de la mujer.
 
La actitud de Jesús causa indignación en los conservadores y doctores de la ley que, con prontitud,  vigilan y cuidan por su pleno cumplimiento (Marcos 3:1-6). A Jesús no le importa esa reacción, pues para él, la vida de las personas está por encima de cualquier precepto. Por eso, rompe con reglas y leyes que dificultan e impiden la vida plena para todas las personas (Marcos 2:23-28).
 
Jesús es verdaderamente el Mesías, aquel que ve el sufrimiento de las personas, y lleno de compasión perdona, cura, restaura la vida.
Será que ¿nosotros vemos esas mujeres en nuestra comunidad? ¿Reconocemos sus dolores y aflicciones? ¿Vamos al encuentro de ellas?
 
La mujer tuvo la dignidad de su cuerpo y su vida restaurada por Jesús.  Un nuevo tiempo se instauró para ella. Tiempo de liberación, de reconstrucción, de su relación con las personas y con la propia familia.
 
Es probable que todo eso no haya sucedido de inmediato.  Quién sabe, volver a casa no haya sido tan simple así. Un cuerpo cansado, enfermo, encorvado y herido por tantos años necesita de tiempo para reaprender nuevos movimientos, erguir la cabeza y mirar hacia arriba nuevamente.
 
Después del sufrimiento, rescatar la autoestima es un proceso, muchas veces largo, que requiere apoyo, comprensión, respeto, aceptación de sí y de las otras personas para seguir enfrentando la vida y las situaciones adversas al cuerpo femenino.
 
Jesús trató a las mujeres y a los hombres con igual valor y dignidad. Eso no significó el fin de la cultura patriarcal y machista, que impidió e impide a las mujeres ser protagonistas de sus propias vidas, colocándolas en posición de inferioridad con relación a los hombres.
 
La mayor expresión de esa desigualdad, todavía presente en nuestra sociedad, es la violencia. La violencia es un fenómeno cada vez más visible en todos los ámbitos de la vida humana. La violencia causa mucho dolor, sufrimiento e hiere la vida, en especial de las mujeres.
 
La violencia es crimen delante de la ley y es pecado contra Dios. La violencia afecta profundamente la imagen de Dios, tanto en la persona que sufre como en la persona que práctica la violencia. Nadie tiene el derecho de lastimar, de herir la imagen de Dios que hay en nosotros. Todas las veces que las mujeres fueron marginadas, difamadas, desvalorizadas, lastimadas  en el cuerpo y en el alma, Jesús manifestó oposición y denunció las formas de opresión.
 
La imagen de Dios no se mezcla con la violencia. La imagen de Dios se une con las relaciones justas y de paz entre las personas, se une con el diálogo, respeto, comprensión, con la valoración de la vida, de la dignidad, de los derechos de cada persona. Dios quiere vida plena para las mujeres y para los hombres, de todas las edades. Donde la vida es herida y amenazada, somos motivadas y motivados a profetizar con denuncia y anuncio de esperanza.
 
Canto
Unción con aceite
Todas las personas son convidadas a formar un círculo o en fila para recibir la unción con aceite. La persona que preside hace la señal de la cruz en la frente de cada participante con el aceite perfumado. También es posible que la persona que preside inicie e invite a otra para dar continuidad con el mismo gesto a quien se encuentra a su lado derecho y así, sucesivamente hasta que todas hayan recibido y participado de la unción.
Durante ese momento se puede cantar o colocar música de fondo.
 
Oración final
Dios de amor, a ti te agradecemos por la vida, por el cuidado y protección. Te agradecemos por ser Dios que ama a todas las personas, independiente de raza, color, nacionalidad o sexo, y por sufrir con nuestro sufrimiento y te entristeces con la injusticia y nuestra incapacidad de respetar y amar tus a criaturas. Gracias por tu Espíritu Santo, que habita en nosotros y que tiene el poder de transformarnos.
Porque tú eres Dios de la justicia y de la paz, confiamos a ti nuestros días con todo lo que nos envuelve: dolores, alegrías, miedos, acogida, debilidad, coraje, esperanzas, deseo de libertad. Restáuranos en bondad y compasión.
Que podamos aprender con la historia; a sensibilizarnos y haznos personas solidarias, bien como tu Iglesia y la sociedad con todo tipo de acción, actitud, postura que va contra tu voluntad e impide vivir tu paz.
Derrama tu bendición sobre nosotros e impúlsanos a seguir con justicia. Por amor de tu Hijo, oramos. Amén.  
 
LITURGIA DE SAÍDA
Canto
Bendición
 
Dios, en su amor, te abrace y te envuelva,
Dios, en su amor, te conceda fuerza y levante tu rostro;
Dios, en su amor, te dé su bendición y te aliente a seguir hacia adelante. Amén.
 
Envío
Como hombres y mujeres, hechos a la imagen y semejanza de Dios, busquemos nuevas formas de relaciones para un mundo en paz. Que la paz de Cristo esté con nosotros. Amén.
Elaboração: Pa. Cristiane Inês Echelmeier, IECLB, Brasil
Tradução espanhol: Liria Suárez Preciado

REDE DE RECURSOS
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Romanos 8.39
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