Mensaje navideño de 2015 de la Federación Luterana Mundial - Obispo Dr. Munib A. Younan, Presidente de la FLM

09/12/2015

Mensaje navideño de 2015 de la Federación Luterana Mundial

Obispo Dr. Munib A. Younan, Presidente de la FLM


Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todas y todos ustedes.

Querida hermanas y queridos hermanos en Cristo, nuestras iglesias miembro de la comunión luterana:

Cada una y cada uno de ustedes en todos los rincones del mundo reciba mi saludo desde Jerusalén, ciudad donde nuestro Señor ejerció su ministerio, murió y resucitó.

A medida que se acerca la época navideña, muchas y muchos de nosotros cobramos plena conciencia de que nuestro mundo no es seguro. La realidad de la crisis y la violencia presentes desde hace tanto tiempo en Oriente Medio, así como en zonas de África y Asia meridional, ahora se manifiesta en Europa y Norteamérica. Al igual que cuando la Sagrada Familia buscaba un mesón en Belén, me pregunto si en nuestro mundo hay lugar para la paz con justicia. ¿Hay lugar en el mesón?

La bellísima imagen de la tarjeta navideña de la FLM de este año me recuerda a la virgen María. El relato de la Navidad empieza con el edicto de Augusto César que ordenaba levantar un censo de todo el mundo Pero la mujer de esta imagen no tiene donde inscribirse. Fue obligada a dejar su casa; es una refugiada que fue expulsada con violencia por su fe, porque es diferente. En ella vemos a alguien que ya no podrá encontrar un lugar en su país natal. Pero, sobre todo, como en María, vemos a una madre amorosa que encontró un establo, un lugar cálido y seguro para su hijo.

Cuando miro los rostros de refugiadas y refugiados, en cada uno de ellos veo el rostro de Jesús. Puedo oír a los ángeles proclamando las buenas nuevas para quienes son pobres, proclamando que el mundo necesita al Príncipe de Paz incluso en esta Navidad.

Esa imagen me es muy familiar y me llega al corazón porque incluso si soy obispo, también soy refugiado. Mi familia tuvo que huir de Beer Sheva en 1948. Si la iglesia no me hubiera acogido en sus brazos ni me hubiera ofrecido comida, educación y espiritualidad evangélica, hoy no sería quién soy. Porque en cada refugiada y cada refugiado vemos los rostros de Jesús y la Sagrada Familia, hoy hacemos un enérgico llamado a velar por su bienestar, dotarles de instrumentos de justicia, fortalecerles mediante la educación, acogerles en nuestros países y ayudarles a regresar a su país natal bajo un orden político, unido y democrático que respete los derechos humanos, la justicia de género y la libertad de expresión religiosa.

Si no hacemos todo eso, viviremos la experiencia de Mateo 25 en que Jesús dice que tuvo hambre, que fue un refugiado, un prisionero, - ¿cuándo me dieron de comer y me acogieron? Incluso si nos percatamos que nuestros líderes políticos y nuestras estructuras no han aportado una solución a la crisis de refugiadas y refugiados, reconocemos que el llamado de la iglesia es siempre el de servir a las personas más vulnerables y encontrar un lugar para ellas en el mesón. El mensaje de la Navidad nos desafía a obrar por la justicia para devolver la esperanza a quienes la han perdido. Está en nosotros ayudar a esta mujer para que vuelva a reunirse con el resto de su familia. Si no respondemos, ¿simplemente veremos a Herodes obligarla a tener que buscar nuevamente otro lugar?

En esta Navidad, nuestra esperanza está en el Príncipe de Paz, en quien Dios es glorificado. A través del Espíritu Santo, se nos da autoridad para usar nuestra mente y nuestro cuerpo a fin de llevar la paz entre los pueblos, llevar sanación e integridad a refugiadas y refugiados, y proclamar el amor salvador de Dios para todas y todos. Con estas palabras oro para que ustedes pasen una Navidad tranquila, inspirada en la labor por la paz no solo de ustedes, sino también para otras y otros que no la tienen.

Les invito a orar por el don de la justicia en nuestro mundo, dondequiera que se haya perdido. ¿Hay lugar en el mesón para la paz con justicia y la reconciliación con perdón?

¡Feliz Navidad! Merry Christmas! Frohe Weihnachten! Joyeux Noél! God Jul! Siunattua Joulua. Kol AAm Wa Antum Bikhair.
Qué Dios les bendiga a todas y todos,

Obispo Dr. Munib A. Younan

Presidente de la Federación Luterana Mundial
 


Autor(a): Munib A. Younan
Âmbito: IECLB
ID: 36190
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