ESTUDIO BÍBLICO 9
Pastora: Liria Consuelo Preciado Naranjo
Iglesia Evangélica Luterana De Colombia
El capítulo 23 del evangelio de Mateo, Jesús hace una denuncia de la forma de actuar de los escribas y fariseos, ya que no eran coherentes con su discurso y en la práctica se quedaban cortos. Este discurso de Jesús va dirigido a la gente que lo seguía y a sus discípulos. Después del versículo 13 sigue con 8 expresiones de tristeza sobre Jerusalén, el evangelio de Lucas 19:41 dice que Jesús llegando cerca de la ciudad lloró por ella, se podría decir que, también por todo el daño que la gente estaba haciendo.
La enseñanza de Jesús para la gente y los discípulos es que obedezcan a los fariseos y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo, porque ellos dicen una cosa y hacen otra, v.3; se dice que “el ejemplo arrastra”, pero vemos que estos líderes de la época de Jesús, les quedaba fácil decir, pero no practicar. Y a la gente si les exigían mucho y se volvía opresores por la rigurosidad del cumplimiento de la ley. Jesús enseña en ese caso a ir en contra, a ser rebelde, sino está haciendo daño a la gente, no lo haga, no repite, no se una a las malas prácticas.
Hoy en día, podemos comparar esta enseñanza de Jesús con lo que hacen los líderes y lideresas políticos y religiosos en cada nación. Muchos se sientan a dictar leyes que no tienen en cuenta a los vulnerables, no tienen en cuenta las necesidades de la gente. Muchos de los líderes en nuestros países exigen cumplimientos, hablan demasiado, se contradicen en sus alocuciones, después salen y dicen otras ideas, pero se creen ellos que son los más correctos, instruidos y adecuados para pensar por la gente.
En nuestros días, podemos ver la inconformidad de nuestros pueblos con algunas y algunos líderes políticos y religiosos; exigen, pero ellos y ellas no cumplen, ponen cargas pesadas a la gente, pero ellos no son sensibles a la necesidad del pueblo porque están en cargos o puestos de privilegio y nos les falta nada. Entonces la gente se cansa, salimos a las calles a protestar, se hacen denuncias por los diferentes medios de comunicación que tenemos ahora, por todo el dolor que viven comunidades en cada uno de nuestros países, mujeres, niños y niñas, campesinos y campesinas, gestores de paz, afros, etnias originarias y ahora más gente pobre por la pandemia que no tienen condiciones de estudio, trabajo, asistencia en salud y canasta básica familiar.
Nos indignamos con estas actitudes y palabras de los gobernantes y religiosos, pero también debemos vernos como personas. En nuestro entorno familiar, de iglesia, de trabajo como estamos actuando, hablamos bonito, tenemos buenos discursos convincentes, pero nos quedamos cortos en la práctica. Ojo, hoy podemos aplicar estas palabras para cada uno de nosotros y nosotras. No sigamos el ejemplo de aquellos que nos hacen indignar, no repitamos las mismas actitudes, practicas, violencias, discriminaciones, odios, opresión, etc. Porque dentro de nuestras iglesias también vemos gente que quiere ser vista, tener la atención y atenciones, ocupar los mejores lugares, tener el respeto de la gente, pero no son ejemplo del amor de Dios y amor al prójimo. Podemos recordar el dicho: “El que predica y no aplica, mucho perjudica”.
Cristo nos hace ligera la carga, nos libera y restaura cada día. En la esperanza de vivir al resucitado, vivamos los unos a los otros, las unas a las otras la fuerza de la gracia transformadora para comenzar aconstruir relaciones justas y equitativas comenzando por nuestro grupo más cercano. Jesús nos muestra con su ejemplo de vida que vino a servir y no a ser servido, entonces el que sigue el camino del evangelio debe servir a los demás, apoyar, ayudar, ser humilde, solidario, entender al otro y a la otra en su fragilidad de la vida, acompañar, escuchar, hablar. Jesús el mejor ejemplo de servicio dejémonos guiar por Él. Porque Él si dice y hace, debemos seguir su ejemplo. Estamos llamadas y llamados a más práctica de la fe, más servicio, más escucha empática, más acción en contra de la injustica. Acompañando todo el tiempo a los más vulnerables y fortaleciéndonos en la esperanza de días mejores.
Dios las y los bendiga.