Estudio Biblico 11
Pastora: Carmen Michel Siegle
Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en Brasil
Evangelio de Lucas 15.1-10
Traducción: Elisa Pérez Trejo.
Escuchemos el texto.
A Jesús le gustaba decir historias para enseñar a la gente sobre muchas cosas, especialmente historias sobre Dios. Al decir estas historias, que son llamadas parábolas, Jesús usa ejemplos de la vida diaria y las compara con el reino de Dios y su Justicia.
En una ocasión, Jesús fue criticado por un grupo de lideres religiosos, que lo acusaron por mostrar misericordia a la gente mas vulnerable; Él cuenta tres parábolas que hablan sobre la búsqueda de la felicidad y el amor a Dios.
En el estudio de hoy, las invito a reflexionar en las dos parábolas que hay en el Evangelio de Lucas: la oveja perdida y la moneda perdida.
Leamos Lucas 15: 3-10.
a) Observar momentos, sentimientos y actitudes presentes en el texto.
b) Pensar que llamó tu atención en estas parábolas.
c) Compartir tus impresiones del texto con alguien, si es posible.
Reflexionemos en el contexto.
Jesús no discriminó a nadie. Él vivió y tuvo comunión con todo tipo de personas. Para Él, la vida de todas las personas importaba. Él dijo 10 Él dijo “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.“ Juan 10.10. Sin embargo, los fariseos y los escribas, que eran maestro de la ley y estrictos en su observancia, no estaban de acuerdo con Jesús. No estaban de acuerdo con Él viviendo y teniendo una comunión con la gente que consideraban impura y pecadora. En respuesta a esta critica y a las ideas exclusivas de los escribas y fariseos, Jesús dirige la atención a la gente que lo escucha, a la vida diaria de un hombre con 100 ovejas y de una mujer con 10 monedas.
En los tiempos de Jesús, los pastores no tenían un reconocimiento social, al igual que las mujeres, que tampoco tenían ningún valor. Las actividades domesticas no se consideraban importantes, precisamente porque las hacían mujeres. Una mujer que vivía independiente de su padre o de su marido, era considerada como una marginada de la sociedad. Jesús habla de la acción misericordia de Dios, a través de las experiencias de estas personas.
Una oveja era un animal importante para la supervivencia de una familia. Era una fuente de ingresos, como comida y materia prima para la producción de vestimenta. El hombre deja 99 ovejas para ir a buscar la que se había perdido. No porque ella tenia mas valor que las otras, sino porque ella también era importante. Una oveja alejada de su rebaño esta debilitada. Y cuando el pastor la encuentran, él la pone en sus hombros y la lleva a casa, para que se reúna con su rebaño. El regreso de esta oveja, es motivo de alegría para el pastor y para su familia, es por eso que él llama a sus amigos y sus vecinos para hacer una fiesta.
La moneda era más o menos equivalente al valor de un día de trabajo. Si lo comparamos con hoy, diríamos que valió uno o dos días para limpiar la casa, ya que este servicio doméstico es menos valorado que el servicio realizado por hombres. Al contar la parábola, Jesús no dice si esta mujer vive sola, si es viuda, si tiene hijos que mantener. La parábola no habla de esto. Lo que sí sabemos es que la moneda perdida es esencial para la mujer. Tan importante que se organiza cuidadosamente para buscar la moneda perdida. Enciende una lámpara, busca en los rincones de la casa, las grietas, los agujeros, barre debajo de los muebles, alfombras, detrás de los gabinetes, mira dentro de los cajones, elimina el polvo, visita muchos lugares ... Y cuando finalmente encuentra su moneda, se regocija, reúne a sus amigos y vecinos para celebrar con ella.
Cada persona en las parábolas actúa a su manera. Tanto hombres como mujeres reconocen el inmenso valor de lo que se perdió, por lo tanto, buscan con dedicación las ovejas y la moneda.
Es posible que para muchas personas esta búsqueda sea demasiado exagerada, pero para aquellos que viven con pocos recursos, como en el caso de este pobre hombre y esta pobre mujer, la garantía de supervivencia es un motivo de felicidad. Una felicidad que se comparte con amigos y vecinos. En otras palabras, hay vínculos con otras personas, hay vínculos con otras mujeres, algo tan necesario e importante en este momento de distanciamiento social debido a Covid19. Las mujeres, amigas, vecinas, compañeras en luchas que ciertamente viven en situaciones similares, no solo entienden a la mujer, sino que también celebran con ella. Así, Dios se regocija y celebra cuando en su palabra encontramos consuelo, liberación, vida transformada y compartida.
En la búsqueda persistente y cuidadosa del pastor y la mujer, Jesús enseña que la misericordia de Dios no deja a nadie atrás; esa distancia no es un obstáculo para que el amor y el cuidado de Dios nos alcancen; y que la casa no debe ser un lugar de jerarquía y aislamiento, sino un lugar de intercambio e inclusión, donde hombres y mujeres tienen el mismo valor y juntos están al servicio del Reino de Dios.
Siguiendo los pasos de Jesús, la comunidad está descubriendo que en el Reino de Dios hay un lugar para todas las personas, sin distinción, comenzando con la vida de los más oprimidos, olvidados y excluidos (vv.7-10). Y que el amor de Dios, el evangelio consolador y liberador, cuando se experimenta, necesita ser compartido para que otras vidas sean alcanzadas e igualmente transformadas.
Reflexionando en el texto
Mirando el entorno en el que vives, reflexiona en las siguientes preguntas:
- ¿Qué tiene que ver este texto conmigo?
- ¿Qué extraño y necesito encontrar?
- ¿Cómo percibo mi hogar, mi familia, mi comunidad?
- ¿Cuáles son mis lazos de confianza, personas cercanas a mí con las que puedo contar para alegrarme o ayudarme en mis dificultades?
- ¿Cuáles son las buenas noticias que me trae el texto?
Para terminar.
Reflexione en todo lo que descubrió con este estudio u busque un tiempo de oración.