Con inmensa alegría - Mensaje navideño de la FLM 2017

15/12/2017

 

Hermanas y hermanos en Cristo:

En nombre de las iglesias miembro de la Federación Luterana Mundial y con inmensa alegría, les envío saludos navideños desde Numan, ciudad de confluencia que aloja la sede central de la Iglesia Luterana de Cristo en Nigeria.

A pesar de los enormes problemas que ponen en peligro la plenitud de la vida en el mundo entero, debido a mi convicción cristiana opto por saludarles con palabras de “inmensa alegría”, expresada en las palabras de Lucas 2.13-14:

En ese momento apareció, junto con el ángel, una multitud de las huestes
celestiales, que alababan a Dios y decían:
«¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!»

Aunque las fuerzas del mal buscan socavar nuestra humanidad común, la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento permanece en nosotros y nosotras. La paz de Dios nos conforta en tiempos de crisis y turbulencia. 

Ese himno de alabanza entonado por las huestes celestiales al anunciar el nacimiento del Mesías se hace eco de la promesa divina de bondad y amor.

Hoy en día, nos enfrentamos verdaderamente a incontables atrocidades: ataques terroristas incluso en lugares de culto; descarado abuso del poder político; violento extremismo religioso; proliferación nuclear, demostración injustificada de poderío militar e injusticias sistémicas y sistemas económicos propulsados por la codicia.

Además, hay quienes se enfrentan al impacto del drástico cambio climático, que algunas personas siguen negando, sórdidos casos de trata y venta de seres humanos como esclavos, violencia de género, migración forzada e irregular y crisis de refugiadas y refugiados, entre muchos otros problemas.

Tal es la dolorosa experiencia de muchos países y familias de todas partes del mundo dondequiera que operan las fuerzas de la oscuridad.

Incluso podemos llegar a preguntarnos: ¿dónde está Dios en circunstancias tan atroces? Precisamente, Dios está con nosotros, Dios nos protege y nos asegura que nuestra redención está cerca. Esa seguridad es la que define nuestro camino, no las fuerzas del mal.

Al igual que los pastores que no perdieron tiempo, sino que salieron de inmediato a compartir la buena nueva que habían recibido del ángel y actuar al respecto, en este tiempo de Navidad y Año Nuevo comprometámonos a proclamar la buena nueva de nuestra redención que nos impulsa, como personas que encarnan la imagen de Dios, a ser instrumentos de paz, justicia y acciones de vida que enriquezcan a toda la humanidad.

Guardemos en nuestro corazón y nuestra comunidad el canto de los ángeles

¡Gloria a Dios en las alturas!
¡Paz en la tierra a todos los que gozan de su favor!

y que cada una y cada uno de nosotros sea fuente de amor, bondad y sanación para nuestro prójimo.

Oro para que las bendiciones que Dios nos asegura permanezcan con ustedes en esta Navidad y durante el año 2018.

¡Feliz Navidad!

Arzobispo Dr. Panti Filibus Musa
Presidente de la Federación Luterana Mundial

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