Prédica: Lucas 15.1-3,11-32 ( Lc 15.1-32)
Leituras: Isaías 12.1-6 e 1 Coríntios 1.18,22-25
Autor: René Krüger
Data Litúrgica: 4º Domingo da Quaresma
Data da Pregação: 29/03/1992
Proclamar Libertação - Volume: XVII
1. Introducción
Los cap. 15 y 16 del EvLc constituyen la secuencia más completa de todo el libro en lo que se refiere a la temática económica y relacional. Juntamente con el cap. 14 estos textos forman un tríptico con Las condiciones de ingreso al Reino de Dios.
El análisis histórico-crítico ha trabajado sobre los orígenes posibles de los materiales de Lc 15. Todo ello es importante para la comprensión de los procesos de formación del texto, y los comentarios dan testimonio de la amplia tarea de la investigación. Para la proclamación tiene peso especial el análisis redaccional y estructural, pues saca a luz el tejido de las interrelaciones establecidas por Lc entre los diversos elementos recibidos por él de la tradición.
2. La unidad interna de Lc 15
La parábola del Hijo Pródigo (HP) ha recibido diversos nombres alternativos: parábola de los hijos, del amor del padre, de los hijos perdidos, de los dos hermanos. Mantenemos el título tradicional por razones prácticas, ya que así la conocen las comunidades. Los estudios exegéticos han evidenciado que esta parábola no puede separarse de los demás materiales de Lc 15. La coherencia interna del capítulo entero es normativa para la exégesis; y sugerimos que La predicación la tome en cuenta. Estructuralmente es un craso error subdividir Lc en fragmentos menores.
Literalmente Lc 15 contiene un marco situacional, vs. 1-2; y un largo discurso parabólico, vs. 4-32, encabezado por el v. 3. La unidad interna total queda reforzada por un quiasmo a distancia formado por los vs. 1-2 y 28-32:
Los perdidos se acercan, son hallados
Oposición de los criticones que se creen superiores
Oposición del hijo mayor que se cree mejor
El muerto y perdido volvió a vivir y fue hallado
Veja Anexo 01
Como se ve, los dos segmentos finales forman una inclusión que hace referencia a la situación inicial presentada en la apertura. Los elementos de los dos primeros vs. por su parte resurgen constantemente en la parábola del HP: culpables en comunión, justos que se enojan, Jesús/Padre provocador de crisis. Esto indica que redaccionalmente Lc 15 es una respuesta del Jesús lucano a sus opositores: con las 3 parábolas legitima sus relaciones y su perdón, atacado por los engreídos. El análisis mostrará que las dos parabolitas deben leerse entonces como preparación del HP.
3. Algunos comentarios redaccionales y la estructuración de Lc 15
Seguramente la mayoría de los lectores de PL posee uno o más comentarios al EvLc. Por ello no será necesario repetir aquí todos los detalles exegéticos. Nos in teresa más compartir algunas referencias manifiestas del texto; y comunicar algunas inquietudes e impulsos recibidos al relacionar Lc 15 con nuestra situación actual.
V. 1: Con la fórmula estereotipada publicanos y pecadores Lc designa a la masa (todos) que acude a Jesús. En el judaísmo de la época la fórmula abarcaba gente de vida inmoral y personas con profesiones deshonestas y/o impuras.
V. 2: De inmediato surgen opositores: gente perfecta que murmura. Este concepto tiene una carga semántica muy negativa: hacía referencia al descontento del pueblo en el éxodo. Murmurar es pues oponerse a los planes de liberación de Dios. Los perfectos no pueden concebir aquí la unión de Jesús con los marginados como algo positivo, p. e. en vista de algún cambio o búsqueda de orientación. Al contrario, al comer con los impuros Jesús los parece confirmar en su estado pecaminoso. Recuérdense la prohibición de comer con cierta gente, las exigencias de signos elocuentes de arrepentimiento, la división entre justos e injustos.
V. 3: La coherencia interna del discurso queda establecida también mediante la reiteración de los principales conceptos:
Veja Anexo 02
Vs. 4-7 y 8-10: Las dos parábolas menores tienen estructuras simétricas o concéntricas, armadas sobre los estados y las acciones:
Veja Anexo 03
En ambas parábolas se produce una ausencia que origina una búsqueda que quiere arreglar la situación. El juego cuantitativo indica que la carencia no es perdida de la totalidad, sino de una parte. Ambas búsquedas tienen éxito. El hallazgo produce alegría y celebración. El festejo por la alegría, indica que el texto no solo quiere hablar de un proceso de perdición-búsqueda-encuentro, sino que quiere subrayar enfáticamente el estado de alegría por la plenitud, por la recomposición de la totalidad. A nivel de las estructuras profundas del texto hay pues una simetría perfecta:
A Totalidad
B Perdida de una unidad
X Búsqueda
B' Hallazgo de la unidad perdida
A Totalidad recompuesta.
Veja Anexo 04
Hay pues tres elementos estructurales esenciales: la pareja de conceptos perder-encontrar, la serie totalidad-pérdida-totalidad recompuesta, y la alegría. La parábola doble de objetos perdidos y hallados, colocada antes de la parábola mayor del HP en la cual aparece la figura del arrepentimiento, indica que la acción de búsqueda antecede a la acción de arrepentimiento.
Lo más sorprendente es que la parábola del H P no es conclusiva, sino que termina abierta como una invitación. El lector/oyente, preparado por las dos parabolitas anteriores, puede transferir el desenlace de las mismas a la historia mayor. Por ello se repiten todos los elementos decisivos.
A partir de esa función estructural de las 2 parábolas menores puede afirmarse que ee la composición redaccional de Lc 15 esas unidades pequeñas no tienen valor como- elementos independientes, sino que son parte de una secuencia total que informa sobre el programa de Jesús: su esfuerzo por convencer a los que se oponen a su solidaridad con los marginados.
Vs. 11-32: La exégesis ha discutido muchísimo los aspectos y situaciones lega-les que aparecen en el relato. Aparentemente ninguna práctica legal antigua puede explicar satisfactoriamente todos los aspectos de la narración. Ante la confusión de interpretaciones posibles conviene tener presente que los procesos interfamiliares de la parábola no se orientan con consecuencia lógica según prácticas, situaciones y normas legales — ni judías, ni helenísticas, ni romanas. Es decir, la situación legal no es decisiva para la interpretación. Mejor considerar pues los elementos como práctica ficticia, incluso exagerada, que apunta a la creación de efectos de sentido. Lo que está en juego es la actitud del hijo mayor, y un enfoque muy preciso de las relaciones interhumanas y religiosas.
El despilfarro y los excesos del pródigo reciben una bella marca de contraste en el despilfarro positivo y alegre del padre luego de regreso. El programa de arrepentimiento y vuelta curiosamente no es producto de la conciencia de pecado, sino — del hambre. La conciencia de pecado aparece recién en el discursito bien preparado. El sometimiento laboral a un extranjero, el trabajo de porquero, el deseo de comer algarrobas no subrayan tanto un pecado, sino un estado de miseria, necesidad, marginación y vergüenza. Este estado es contrarrestado por la efusividad del 'amor perdonador que celebra, come, regala, se regozija, baila. El padre no exige reparación ni prueba. Se da enteramente y con todo. A partir de esta reintegración del prodigio se produce la creciente oposición del mayor. Nuevamente actúa el padre, esta vez como invitador. Responde con amor los reproches. El mayor presenta su autovaloración en base a una mentalidad de siervo, valora a su padre en términos legales y no de amor familiar, y concibe Ia relación padre-hijo como algo vertical y con recompensas exigibles. No existe relación con el hermano menor. El mayor está fijado en el pasado, tanto en el propio (sus anos de servicio) como en el de los demás.
El padre en cambio niega la condición de siervo del mayor, afirma el amor y la presencia continua, rechaza la separación del hermano menor e insiste en la dimensión del presente y en las transformaciones.
He aquí un cambio transcendental y rotundo en la proyección temporal y de valores: del pasado a un nuevo comienzo y de alí al futuro. Interesantemente el padre no discute directamente los argumentos del mayor. Incluso los profundiza, pero para convencerle al meritorio de que hay de celebrar fiesta. Para el padre el proceso de perdición-reencuentro es motivo de alegría; para el mayor, de enojo y bronca. El padre sigue esperando, buscando, amando. El texto, al no indicar reacción final de parte del mayor, proyecta su afecto de sentido directamente sobre el oyente/lector. La parábola se estructura sobre estos dos movimientos: convergencia y divergencia, o encuentro y rechazo: ¿Dónde te ubicas tu?
A nivel de la estructura profunda estamos ante dos procesos, cuya realizado) i final corresponde al oyente/lector:
A Totalidad de padre + dos hijos
B Perdida de un hijo
X Arrepentimiento y regreso de un perdido
B' Encuentro del perdido
A' Totalidad recompuesta
B Pérdida de la segunda parte
X' Búsqueda por restituir Ia segunda parte perdida
B' Encuentro de la segunda parte o no
A Totalidad recompuesta o no
Veja Anexo 05
La línea marca el final de la historia y el comienzo de la respuesta que debe dar el hijo mayor, o sea, el oyente/lector. Si esta estructura profunda se combina con el nivel narrativo de Lc 15, obtendremos el proyecto del texto:
-Inclusión de pecadores y publicanos en a comunidad de Jesús
Exclusión según ideas opositoras de fariseos y escribas
3 parábolas: esfuerzo de Jesús por convencer a opositores
Abandono o no de la oposición que excluye y margina
-Inclusión o no de publicanos y pecadores + fariseos y escribas.
Veja Anexo 06
El objetivo del programa salvífico jesuano es la inclusión comunitaria e histórico-salvífica de los que son excluidos por el sistema normativo, legal y religioso en vigencia; e invitar a los que excluyen y discriminan a abandonar sus actitudes y alegrarse por la inclusión de los que ellos consideran perdidos. Las 3 parábolas versan pues sobre un proyecto de comunidad plena, en la que el tener (dinero, méritos, derecho a exigencias) sea substituido por el ser: ser solidario, amar, compartir, alegrarse. Los vínculos económicos y de status se reemplazan por el amor que perdona e interrelaciona. El texto propone así substituir las relaciones basadas en el dinero, valoraciones económicas y méritos exigibles, por un nuevo ser que consiste en la transformación por el amor.
De la mediación por la ley se pasa a la mediación por el amor; de la económica a la de la gratuidad que puede valorar positivamente el acercamiento de perdidos hallados, muertos-vivos, pecadores-arrepentidos, publicanos y pecadores excluidos-incluidos.
4. Nosotros y el texto: algunas reflexiones hermenéuticas
Con las 3 parábolas Lc no quiere transmitir simplemente historias edificamos de Jesús. Por otra parte nosotros ya no luchamos con fariseos y escribas de su época. Lc 15 proyecta el programa jesuano de manera sumamente radical al interior di-la comunidad cristiana y a su sociedad circundante. El efecto de proyección es logrado con el recurso narrativo bíblico de estructura abierta. Nosotros mismos somos incorporados a la acción de Jesús, e invitados a tomar decisiones. Con el establecimiento de oposiciones tan tajantes perdido-muerto versus hallado-vivo, excluido versus incluidos, el discurso nos invita a abandonar toda oposición contra la inclusión de pecadores, marginados, despreciados en la comunidad. Nos invita a compartir la alegría por la formación de totalidad salvífica. Así la comunidad entera puede continuar con el programa de acción de Jesús.
Exclusiones hay muchas en nuestra sociedad. Muchas páginas de PL hablan de ello: exclusión de América Latina de procesos históricos y económicos, de países de decisiones importantes, de las masas de los beneficios de su propio trabajo y de las riquezas de suelo, de grandes sectores de la educación y la salud... La historia de las iglesias también está llena de exclusiones y marginaciones. Mirando a nuestro alrededor más cercano, ¿a quiénes se excluye y margina? ¿ Quiénes son publicanos y pecadores de nuestra época? ¿ Y quiénes f ariscos y escribas? Lc 15 se dirige hoy a los que prefieren la parte más segura y no quieren arriesgarse a compartir con excluidos de cualquier tipo. El Jesús de Lc 15 quiere persuadir a los seguros a que sustituyan las relaciones basadas en términos cuantitativos y valores económicamente calculables por relaciones basadas en el amor que perdona, tiene comunión con despreciables y se alegra por la casa llena, la totalidad.
¿Qué tipo de excluidos tenemos en nuestra comunidad y a nuestro alrededor? ¿Serán los pobres, los alcohólicos, las madres solteras, los que no pueden aportar nada al sostenimiento de la iglesia, los de mala vida, los equivocados? ¿Serán los que quedan en la calle cuando la economía hace ajustes y el sistema aprieta a los más débiles? ¿Serán los fracasados, o los que no pueden realizar una conversión, una penitencia tan perfecta como el HP mismo? ¿Serán los analfabetos, hambrientos, paralíticos, niños de la calle, personas sin hogar, perseguidos, refugiados, víctimas de todo tipo y del nuevo (des)orden económico mundial?
¿ Y quiénes son los f ariscos y escribas? ¿ Los que se quedan quietos cuando quema el fuego? ¿ Los que siempre analizan, descubren causas, hacen planes y proyectos — en el papel? ¿ Los que levantan exigencias irrealizables, quieren moral y exigen orden? ¿Los propios ministros y pastores de la iglesia, sus comisiones directivas, los padres de familia muy correctos? ¿ O los que en vez de amar, crear, pensar, sonar y construir utopías solo pueden afirmar que todo es inútil, que no habrá solución ni remedio para tal o cual situación? Quizás queden muchas preguntas más. Conviene plantearse por lo menos una: ¿Como Dios busca a los perdidos y muertos?
5. Rumbo a la predicación
Predicar sobre un texto que supuestamente todo el mundo conoce — algunos quizás de memoria — implica serios problemas: cualquier repetición mecánica del texto y de esquemas clásicos (conversión, regreso a la casa del Padre) hace que los oyentes ya sepan lo que vendrá. Por eso tal vez antes de la lectura del texto el predicador puede plantear la pregunta acerca de quiénes son los excluidos y marginados en nuestra sociedad y en la iglesia. ¿ Ante qué tipo de gente sentimos problemas de contacto o de aceptación? ¿Por qué no queremos tener comunión con algunos?
Lectura del texto: Luego el cuerpo del sermón, en tres tópicos
1. Dios no excluye a nadie: En nuestra sociedad, compuesta por personas concretas, instituciones, estructuras, conceptos, juicios y prejuicios, se excluye y margina. Hay varias causas: esquemas competitivos, económicos, de éxito, de exigencia, de individualismo egoísta.
2. El reino de Dios se completa recién con los excluidos y marginados: Dios no está conforme con las exclusiones y la marginación. Eso no es Reino. Dios no se conforma con 99 si falta uno solo. No siquiera se conforma con el 50%: quiere la totalidad. Para lograría es capaz de invertir todos los valores, aceptar lo inaceptable, querer lo imposible. Hay uno que ya Io puso en práctica: Jesucristo. El Reino integrador no es fantasía nuestra, sino que fue puesto en marcha por él.
3. Alegrémonos por esta inclusión y fomentémosla — también nosotros fuimos incluidos: Cualquiera que siga marginando, se excluye a si mismo. Seguir con esquemas de exigencias, méritos personales, competencia, es antievangélico. — La comunidad y sus miembros están invitados a vivir lo que Jesucristo inicio y practicó, buscando y aceptando la comunión con todos aquellos que son excluidos y marginados.
Aquí la predicación puede recordar los ejemplos mencionados antes de la lectura, y completados. — La exclusión siempre se convierte en autoexclusión de la casa del Padre en la que hay fiesta cuando termina la marginación.
6. Bibliografia
GRUNDMANN, W. Das Evangelium nach Lukas. 10. ed., ThHKNT III, Evangelische Verlagsanstalt Berlin, 1984.
KRÜGER, R. La substitución del tener por el ser. Lectura semiótica de Lucas 15,1-32. In: Revista Bíblica, 49:65-97, 1987 (NE 26).
BOVON, F. y otros. Exégesis. Problemas de método y ejercicios de lectura (Génesis 22 y Lucas 15). Buenos Aires, La Aurora, 1978.