Queridas hermanas, queridos hermanos reunidos en el XXXIII Concilio de la IECLB:
Reciban ustedes los más cálidos saludos de la Oficina de la Comunión de la Federación Luterana Mundial y, en especial, de nuestra secretaria general, Rev. Anne Burghardt, y de nuestro presidente, el Arzobispo Musa Panti Filibus. Siéntanse ustedes también acompañados y acompañadas por las iglesias luteranas de América Latina y Caribe que los acompañan en estos días con sus oraciones y sus pensamientos.
La IECLB es miembro de la Federación Luterana Mundial desde el año 1952 y damos gracias a Dios por los dones que esta iglesia ha puesto siempre al servicio de la comunión luterana. Quiero destacar en esto momento particularmente, sin desconocer los muchos otros, el ministerio desarrollado por el Rev. Dr. Néstor Friedrich, vicepresidente de la Federación Luterana Mundial por América Latina y Caribe, y de la Rev. Dra. Marcia Blasi, Ejecutiva para Justicia de Género y Empoderamiento de Mujeres.
A lo largo de este Concilio ustedes estarán reflexionando sobre las Bienaventuranzas. Eso es sumamente significativo si tenemos en cuenta el actual contexto de nuestro mundo, de América Latina y el contexto particular de Brasil en este momento, en vísperas de las elecciones para la presidencia del país que tendrán un impacto fuerte en la vida de los y las brasileños y también en la vida de la iglesia.
Pienso particularmente en estas dos bienaventuranzas:
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque serán satisfechos”, y
“Bienaventurados los que trabajan por la paz porque Dios los llamará hijos suyos.”
Estas dos bienaventuranzas, que espero sean una inspiración para todos nosotros y nosotras, reflejan nuestros anhelo y esperanza por un mundo más justo, más equitativo y en donde haya condiciones dignas de vivir para todos y todas.
Como cristianos y cristianas, siempre vivimos en la tensión entre lo que ya es completo y perfecto en Jesucristo y la realidad todavía impregnada por el pecado y la muerte que experimentamos cada día. Pero en esa tensión, estamos llamados a ser mensajeros de paz, justicia y esperanza con nuestras palabras y acciones. La IECLB es mensajera de paz, justicia y esperanza en Brasil. Y damos gracias a Dios por ello. Es mi oración que el Espíritu Santo los llene de alegría en su misión y ministerio, les dé fuerza ante las dificultades y les dé sabiduría para discernir el camino a seguir en medio de los contextos desafiantes en los que vivimos. De esa manera, las congregaciones y los diversos ministerios de la IECLB son y serán espacios en los que la realidad de la plenitud en Jesucristo puede vivirse ya de forma anticipada a través de la esperanza, la justicia y la paz.
Como Federación Luterana Mundial estamos avanzando hacia la asamblea que se celebrará en septiembre de 2023 en Cracovia, Polonia. Nos reuniremos bajo el lema Un cuerpo, un espíritu, una esperanza, enfatizando la unidad en Jesucristo, el llamado a ser señales de esperanza, paz y unidad en el poder del Espíritu Santo. Ustedes, como IECLB, están recorriendo ese camino hacia la asamblea junto con toda la comunión luterana mundial. Sus contribuciones y su presencia nos enriquecen como comunión y estamos agradecidos por ello. Tenemos la esperanza de que esta gran reunión de la comunión del próximo año nos fortalezca como Federación Luterana Mundial en nuestro compromiso y pasión por proclamar el evangelio de Jesucristo. Esta buena noticia que significa paz para este mundo, justicia ante los clamores de los oprimidos y esperanza para este mundo creado y amado por Dios.
Queridas hermanas, queridos hermanos, que nuestros buen Dios les muestre siempre su bondad y su misericordia y que las reflexiones, celebraciones, debates, decisiones y elecciones en este Concilio sean siempre para la gloria de Dios.
Muchas gracias.
Rev. Sonia Skupch
Secretaria Regional para América Latina y el Caribe y Norte América